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Cuento

La noche navegable

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Albercas 

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La casa pierde

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No fue penal

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Los culpables

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El apocalipsis (todo incluido)

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Yo Fontanarosa

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Examen extraordinario

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La noche navegable

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La noche navegable, primer libro De Juan Villoro, fue publicado en Joaquín Mortiz en 1980

  Once cuentos rescatan el habla, el ambiente y el perfil de los jóvenes seguidores de Henry Miller Y José Agustín, Los Beatles Y Pink Floyd, aquellas escapadas al Salón Califas y Al Hotel La Maga.... El retrato de una época no del todo ajena ni desconocida para las nuevas generaciones, herederas y dueñas de un espacio cada vez más amplio en la cultura y la sociedad de México, tras la brecha que abrieron aquellos jóvenes de los años sesenta. 

Albercas

Los personajes que viven en esta singular piscina son músicos-adivinos, lectores desquiciados, profesores de música que por un crimen ven transformado su arrobamiento… Siete relatos que apuestan  a la remembranza, a lo imprevisto, a las variedades del amor y los límites de las pasiones, escritos con la habitual lucidez y originalidad de Juan Villoro. Albercas fue publicado en Joaquín Mortiz en 1985.

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La casa pierde

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  La tortuosa técnica de un boxeador proviene de una culpa de la infancia que jamás ha podido superar. Las desapariciones nocturnas de la esposa de un escultor metido a cónsul lo conducen a espiarla para saber lo que no desea. Un grupo de amigos se interna en el desierto en busca de una experiencia mística que resulta aplazada por la abrumadora realidad.


Juan Villoro ofrece diez historias en las que las experiencias afectivas, analizadas desde el laboratorio de la ficción, muestran sus dobleces, sus zonas oscuras. En 2000, este libro recibió el Premio Xavier Villaurrutia y ubicó al narrador en la precisión de su escritura: prosa precisa y veloz, personajes cotidianos en trances extraordinarios, intensidad narrativa a toda prueba. Los personajes de estos cuentos se atreven de una vez por todas a subir al ático en el que se guardan las claves de su felicidad o su desventura.
En cualquier caso, el hallazgo nunca es lo que esperaban. Y Juan Villoro nos lleva justo a ese lugar donde suceden al mismo tiempo la iluminación y la caída.

Los culpables

Luego de aficionarnos a un estilo original y fulminante, Villoro renueva su prosa a fin de explorar distintos registros orales de los impredecibles y complejos sujetos que pueden ser los mexicanos. El lector no encontrará relatos más estimulantes que estos, dueños de una gran velocidad de despegue, donde las turbulencias son calculadas a fin de aumentar la emoción. Una celebridad de la canción ranchera, un futbolista en decadencia, un guionista que adquiere una máquina de escribir sin eñes y una iguana que se extravía en momentos críticos son algunos de los seres que pululan por los nuevos relatos de Villoro. La concentración de humor y tensión en estas páginas es altísima. Un total de seis cuentos y una novela corta admirables, donde los protagonistas son hallados en el punto más alto de su conflicto, ya sea que decidan perpetrar un asesinato, traicionar a un amigo o filmar un desnudo que podría arruinar su carrera. La pieza que remata el libro es “Amigos mexicanos”, una trepidante nouvelle sobre los secuestros exprés que amenazan a los habitantes de la ciudad de México. Verdadera lección de escritura, Los culpables demuestra que Villoro está en la cima de su arte narrativo. Sus cuentos duran el mismo tiempo que una confesión vital dictada en unas cuantas palabras esenciales. Un libro que termina por leerse una y otra vez, siempre con mayor admiración.

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El apocalipsis (todo incluido)

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  Un guía turístico de Chichen Itzá da una conferencia sobre la teoría maya del fin del mundo para impresionar a una mujer y de paso todo en lo que ha creído. Tras una caminata iniciática por la ciudad, una niña empieza a sospechar que su papá convive con una familia alternativa. Un hombre que se dedica a la estadística tiene un tórrido romance con una desconocida que miente cuando está excitada. Personajes que delatan su clandestinidad estando en su propio país, que miran hundirse el terruño desde la cómoda nostalgia del exilio, que cruzan una y otra vez sus fronteras sólo para mirar con ojos frescos el derrumbe de siempre. Los cuentos de El apocalipsis (todo incluido) avanzan con soltura por caminos cuesta arriba: dudosas herencias familiares, arrestos que derivan en partidos de futbol llanero, amigos de toda la vida que funcionan como el mejor de los enemigos; pero también remontan corrientes traicioneras: la necesidad de reinventarse en medio de cada crisis, de sobrevivir a las batallas que se pierden por goliza. Con precisión y enorme sentido del humor, Villoro retrata a ciudadanos empeñados en ignorar su desgracia, ya sea por sobrevivencia o por deporte, pero también porque esperan que cuando el mundo se resquebraje en mil pedazos, les toque algo mejor.

Yo Fontanarosa

"Yo soy Fontanarrosa", le dice a su viejo conocido, al terminar de jugar uno de los peores partidos de su vida. Sus compañeros de equipo son Chéjov, Tolstói, Kafka, Hemingway, Joyce y seis más, a todos los ha decepcionado. Es casi el final de un insólito día entre policías, escritores, futbolistas y la cabeza de Juárez. Este entrañable cuento de Villoro, a manera de crónica urbana, es un regalo de humor, pasión literaria y pasión futbolera.

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Examen extraordinario

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Un mariachi con serios conflictos de identidad, riñas entre escritores que se remontan a belicosos encuentros juveniles en talleres de escritura, correos electrónicos enviados desde planos de la existencia un tanto inciertos, la odisea contracultural de un padre para congraciarse con su hija, múltiples modalidades de esa variación del masoquismo conocida como romance. La antología Examen extraordinario , elaborada por el propio autor, condensa las técnicas, estrategias y motivos narrativos de una de las trayectorias literarias más destacadas de la actualidad.

Más que un gesto de triunfalismo, este volumen tiene un afán de repechaje. Los cuentos aquí reunidos esperan un segundo encuentro con el lector, árbitro final de toda literatura. Pero esta revancha no se otorga por fallo alguno, sino como confirmación de las cualidades de una pluma fuera de serie. La visión del cronista, el alcance del novelista, la sutil capacidad para conmover del dramaturgo: el arsenal de recursos de un autor tan singular como Juan Villoro se presenta en este volumen a un examen extraordinario en el que, sin duda, quien saldrá avante es un género que no admite distracciones: el cuento.

No fue penal

Es el segundo tiempo y el Tanque se mueve inquieto dentro del área técnica. El equipo de futbol que dirige está a punto de descender a segunda división si pierde este partido. Faltan pocos minutos, pero hasta ahora ningún equipo ha anotado un gol. Desde su pequeña prisión de director técnico, el Tanque enfrenta algo más que un marcador: está en juego su futuro tanto como su pasado. Con la garganta hecha trizas, lucha a voz en grito contra la torpeza de sus propios jugadores, el escándalo de la porra local y la arrogancia del árbitro. Pero además del juez en la cancha, hay alguien más que determinará su destino: una mirada lo observa implacable desde la cabina del VAR.

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